Además de los relojes de cuco y de las homónimas tartas a base de guindas, nata y chocolate, la región germana de la Selva Negra cuenta con otro icono -esta vez indumentario- que se ha convertido en imagen de sus folletos turísticos. El Bollenhut es un sombrero femenino que forma parte del traje tradicional de tres municipios de la zona: Gutach, Wolfach-Kirnbach y Hornberg-Reichenbach. Sus orígenes se remontan a 1797 cuando el duque Eugenio de Württemberg quiso desarrollar económicamente la zona mediante la fabricación de sombreros.
Originariamente, el Bollenhut era una especie de pamela de paja trenzada a la que se le pintaba 14 círculos en color rojo o negro. Más tarde los círculos pintados se reemplazaron por Wollrosen o rosas de lana de diferentes tamaños que se disponían a lo largo y ancho del tocado en forma de cruz, y su uso quedó reservado para las diversas actividades religiosas, sociales, turísticas o culturales.
Al principio, los 14 pompones -de los que sólo se ven 11, los tres restantes quedan ocultos entre tanta lana-, eran de un tamaño discreto pero las madres alemanas, queriendo que sus hijas hicieran una buena boda, fueron haciéndolos más y más grandes para que así sus retoños destacaran de entre las demás y llamaran la atención entre los posibles pretendientes.
Tal era la exageración de los pompones que el diseño del sombrero de paja primigenio no podía aguantar el peso y las alas se vencían así que los artesanos decidieron aplicarle una fina capa de yeso para endurecerlo y hacerlo más estable. Pero claro, aquella capa de estudio aumentaba su peso hasta en un kilo y medio. Elaborar un Bollenhut lleva aproximadamente una semana y mientras que para las mujeres solteras el adecuado es el de pompones rojos, para las casadas el tono indicado es el negro.