El concepto de Duodji en la cultura Sami trasciende la mera artesanía para encarnar una profunda filosofía de vida. No es simplemente la creación de objetos, sino la manifestación de una conexión intrínseca con la naturaleza, la tradición, la espiritualidad y la identidad Sami. Cada pieza de Duodji, ya sea un cuenco de madera tallado o un sombrero ricamente adornado, refleja la habilidad, el conocimiento transmitido de generación en generación y el respeto por los materiales que la tierra proporciona.
El Duodji es un proceso de creación consciente que fusiona la funcionalidad con la belleza estética, y que a menudo está imbuido de un propósito espiritual o simbólico. A través del Duodji, se perpetúa la memoria cultural colectiva, se honran los ancestros y se celebra la relación armoniosa entre el ser humano y su entorno. Más allá de su valor intrínseco como objetos, el Duodji representa la resiliencia y la autonomía del pueblo Sami. Históricamente, estas creaciones no solo sirvieron para cubrir necesidades prácticas, sino que también fueron un medio de expresión cultural y una forma de mantener vivas las tradiciones frente a la asimilación.
Crear identidad
El acto de crear Duodji es un acto de empoderamiento, donde la paciencia, la precisión y la creatividad se combinan para producir piezas únicas que llevan consigo historias y significados profundos. Es un recordatorio constante de la sabiduría ancestral y de la importancia de vivir en sintonía con los ritmos de la naturaleza, haciendo del Duodji no solo un producto de la cultura Sami, sino una encarnación viva de su espíritu y su legado.


Ida-Maria Marakatt es una experta en artesanía Duodji tanto en textil como en piel.
Tanto hombres como mujeres participaban en la creación de Duodji pero, a lo largo del tiempo, han sido siempre las mujeres las que se encargaban de elaborar la indumentaria y el calzado que permitían al pueblo Sami protegerse del duro clima de Sápmi, nombre que dan a su territorio. Una de estas mujeres, que sigue trabajando técnicas ancestrales y preservando la cultura Sami para las nuevas generaciones es Ida-Maria Marakatt.
Con una sólida formación en Dudoji, Ida-Maria Marakatt se ha convertido en una respetada e importante artesana y divulgadora de la cultura y tradición Sami, principalmente en la creación textil, un interés que nació a temprana edad. “Las manualidades han estado presentes de diversas maneras durante toda mi infancia, pero fue en la adolescencia cuando empecé a tejer, tricotar y coser por mi cuenta”, comenta Ida-Maria.
Investigar en el pasado
Es habitual que los conocimientos se transmitan en el hogar aunque depende, claro está, de los estudios sobre Duodji que se tengan y del área geográfica donde se resida. “Varía un poco según la familia. En mi caso, lo que más se ha conservado es el conocimiento de la lana, del hilado y técnicas como tejer, tricotar, cardar e hilar”.


El trabajo de Ida-Maria Marakatt se centra principalmente en el tejido a mano.
Su técnica y experiencia depurada le permite incluso, tejer con los dedos. Para inspirarse en motivos auténticos de la cultura Sami, investiga en el pasado. “Me interesan mucho las fuentes históricas -cuenta Ida-Maria-. Creo que es importante preservar el conocimiento tradicional. En algunas zonas se ha perdido mucho este saber a causa del colonialismo”.
Rescatar del olvido
Al igual que ocurre en otras partes de Europa, hay prendas (e incluso conjuntos completos) que están en peligro de desaparecer de la vestimenta tradicional sami e Ida-Maria realiza también un significativo trabajo de rescate y documentación. “Algunas prendas no se usan hoy en día de la misma manera que en el pasado, cuando eran prendas de uso diario en mayor medida que hoy. Incluso algunos sombreros han prácticamente desaparecido debido a la cristianización de los sami. El gorro con cuernos es un ejemplo; hoy en día, mucha gente intenta recuperarlo. Hay más ejemplos, y es importante que no dejemos que ninguno desaparezca”.


Ida-Maria Marakatt realiza una labor tanto divulgativa como de recuperación de prendas casi extintas.
Su última labor de recuperación de prendas Sami olvidadas ha sido un modelo de gorro de mujer que casi desapareció por completo de la zona de Karesuando, alrededor de las décadas de 1920 y 1930. “El mismo modelo se sigue utilizando en otras zonas Sami, pero desapareció en Karesuando cuando empezaron a usar otro, el que se ve comúnmente hoy en día en las mujeres de la zona”.
Código en la vestimenta
La colorida vestimenta tradicional Sami, conocida como Gákti, es mucho más que simple ropa; es una declaración cultural y una llamativa expresión de identidad. El uso de rojo, azul, verde y amarillo es predominante, tonos que se obtienen tradicionalmente de tintes naturales, reflejando una profunda conexión con el entorno.
Gákti también responde a un código, como cuenta Ida-Maria, “La diferencia entre las distintas zonas geográficas se refleja en los distintos modelos de ropa, patrones, colores, la apariencia de los cinturones, sombreros… Incluso las diferencias entre hombres y mujeres de una misma zona se pueden apreciar a través de los patrones y los colores. También hay diferencias entre la ropa de niños y adultos. En definitiva, existe una gran variación entre zonas, pero también dentro de las mismas”.
Autosuficiencia
Ida-Maria Marakatt no sólo se centra en el textil, también trabaja otras artesanías Sami, como la del cuero. “Esto es muy importante porque, además de servir para evitar la monotonía, tradicionalmente hemos tenido que valernos por nosotros mismos, coser la ropa que necesitamos… Por lo tanto, dominar diversas técnicas también es parte natural del Duodji”.


Los colores del Duodji de la cultura Sami esconde un lenguaje propio
Además, Ida-Maria realiza una valiosa labor didáctica para enseñar las diversas artesanías a los jóvenes para que no desaparezcan. “Me apasiona difundir el conocimiento y enseñar el Duodji tradicional. Hoy en día, cada vez menos gente aprende en casa, por lo que los programas de formación se convierten en la única forma de aprender Duodji”.
Para la difusión y la visibilización del Duodji, cuenta con una valiosa herramienta: las redes sociales cuyo uso en la que la comunidad Sami, es muy activa. “Son muy importantes para nosotros porque si nos ven, nos encuentran. Podemos aprovechar las ventajas de las redes sociales y difundir el conocimiento de esa manera”.
