’t Apostelientje. El templo del Encaje de Brujas

Si hay una artesanía que caracteriza a la ciudad de Brujas (Bélgica) es su encaje. Este símbolo de la artesanía textil europea ha traspasado las fronteras de la funcionalidad para convertirse per se, en todo un arte digno de enmarcar. Uno de los lugares más relevantes para descubrir este maravilloso arte en hilo es ’t Apostelientje, una tienda-museo, en funcionamiento desde hace más de 43 años, donde descubrir su historia, llevarse a casa alguna pieza (tanto antigua como contemporánea) e incluso, las herramientas necesarias para aprender a realizar la labor. Y atención, se puede comprar online.

El encaje de Brujas suele llevar motivos florales y geométricos.

El Encaje de Brujas en sus diferentes variantes (a la aguja y de bolillos) se caracteriza por la calidad, finura y la complejidad de sus patrones, que suelen ser diseños florales y geométricos. Está realizado en fino hilo de lino producido en Flandes. Su historia se remonta a la Edad Media, y se convirtió en uno de los principales productos de exportación de la ciudad. Tal era su importancia, que surgieron varias escuelas donde las mujeres aprendían esta técnica. 

Empoderamiento femenino

En cuestión de divulgación, fue muy importante el papel que jugaron las Beguinas, un movimiento femenino único que surgió en Flandes y los Países Bajos. Eran mujeres cristianas que, sin llegar a ser monjas (no hacían votos perpetuos ni estaban sujetas a una regla monástica estricta), decidían vivir en comunidad, dedicando su vida a la oración, el trabajo y la caridad.

’t Apostelientje expone y vende, tanto en la tienda como online, más de 700 piezas tanto antiguas como contemporáneas.

Estas seglares vivían en ‘beguinajes’ que eran pequeñas casas agrupadas alrededor de una capilla. En estos lugares se establecieron numerosos talleres de encaje convirtiéndose en centros de producción y de enseñanza de esta delicada técnica. La venta de encaje supuso una importante fuente de ingresos para estas comunidades permitiéndoles mantener su independencia económica y sus obras benéficas. En el Medievo, una época en la que las mujeres tenían pocas opciones, las Beguinas ofrecían una alternativa de vida independiente y significativa. 

Las Beguinas comenzaron a sufrir persecución por parte de la Iglesia Católica, que veía en su movimiento una amenaza a su autoridad. Muchas comunidades fueron disueltas y sus bienes confiscados. Pero fue gracias a ellas y a su trabajo docente y de divulgación que este arte sobrevivió a los avatares de la historia. 

La historia sigue

El siglo XVII fue la Edad Dorada del Encaje de Brujas, con una gran demanda en toda Europa. En el siglo XIX, con la Revolución Industrial, esta artesanía comenzó a enfrentarse a la competencia de los encajes realizados a máquina, que eran producidos en masa y con menor costo y calidad. 

Los expertos de ’t Apostelientje asesoran a los compradores sobre el encaje que desean.

Las encajeras de Brujas, conscientes de esta nueva realidad, intentaron adaptarse a los cambios. Algunas se vieron obligadas a trabajar en fábricas, donde las condiciones laborales eran duras y los salarios bajos. Otras, sin embargo, se resistieron a abandonar las técnicas tradicionales y continuaron elaborando piezas de alta calidad para un mercado más reducido y exigente.

A pesar de la competencia industrial, el Encaje de Brujas siguió siendo muy apreciado por la aristocracia y la burguesía, que veían en él un símbolo de lujo y sofisticación y piezas de encaje de Brujas se utilizaron para decorar prendas de vestir y ajuares.

El renacer del encaje de Brujas

Gracias a la creciente valoración por lo artesanal y lo hecho a mano, el Encaje de Brujas ha vuelto a generar un nuevo interés. Los consumidores buscan productos únicos y de alta calidad y el encaje, con su carácter exclusivo y su valor histórico, ha sido redescubierto. 

Los expertos de ’t Apostelientje guían a los visitantes a lo largo de la historia del Encaje de Brujas.

Sobre todo, por las personas que visitan ’t Apostelientje. “Desde el principio hemos optado por vender exclusivamente encajes hechos a mano y mientras tanto, tenemos una gran selección de encajes antiguos y contemporáneos. El más antiguo data de finales del siglo XVI, cuando se inició la confección del encaje”, comentan en su presentación.

En la colección de ’t Apostelientje hay más de 700 piezas y son expertos en la historia de este arte por lo que guían a los visitantes sobre los distintos tipos de encajes (de aguja, de bolillo), los diferentes puntos (de Game o de Rose) o sobre la temática… La característica del Encaje de Brujas es su versatilidad y la creatividad que desarrollan las encajeras. Una de las piezas de las que se sienten más orgullosos en ’t Apostelientje es La Stola de encaje elaborada en punto de Rose (una tira de encaje en una sola tira con su cuerpo central con motivos vegetales rematado por dos cenefas) que perteneció a la Reina Astrid de Bélgica. 

’t Apostelientje. Balstraat, 11. 8000 Brujas. West-Vlaanderen (Bélgica).