El bordado en Grecia es una forma de arte milenario que ha dejado una huella profunda en la cultura y la historia del país mediterráneo y, aunque se ha adaptado a las tendencias contemporáneas, sigue manteniendo su espíritu y tradición como en la elección de los motivos, geométricos y florales, que siguen siendo muy populares.
Porfyria Moschopoulou ha convertido el bordado en una forma de expresión. Sus telas bordadas, enmarcadas en los tradicionales bastidores, son tangibles obras donde las pinturas se cambian por hilos. “Mi pasión por el arte popular y el bordado surgió de manera muy natural -comenta Porfyria-. Comenzó cuando todavía estaba en la universidad estudiando Diseño de Interiores como una necesidad de expresión y estudio de la tradición griega”.
La importancia del entorno
La artista creció en un pueblo por lo que las imágenes de bordados tradicionales calaron pronto en su trabajo. “Empecé rediseñando patrones que observaba en obras de arte popular, como alfombras, bordados o cerámicas”.

Además del bordado griego, Porfyria Moschopoulou se inspira en el de otros países como Palestina y Afganistán.
En 2016, y por casualidad, el bordado entró en su vida. “A través de esta técnica, encontré una manera de capturar mis diseños de manera detallada y artesanal”. Ahora vive y trabaja en Atenas, donde se encuentra su estudio. «Aunque el bordado ciertamente no es representativo del arte de mi ciudad, en los últimos años ha habido un cambio de postura hacia formas de arte tradicionales. Esto se ve principalmente en la música y la danza, pero el bordado también ha encontrado su lugar entre los pasatiempos y actividades más populares”.
Trabajo multidisciplinar
Además del bordado, el trabajo de Porfyria tiene muchas vertientes, muchas aplicaciones. “Combino ilustraciones con estampados en tela, cerámica y bordado. Todas estas áreas de mi trabajo surgieron con el tiempo y de manera gradual dependiendo de las demandas de los clientes, así como de mi propia búsqueda de nuevos límites en mi oficio”. Eso supone explorar diferentes métodos creativos, “cada técnica ofrece una inspiración nueva y guía a las demás en nuevas direcciones”.


Porfyria Moschopoulou traduce sus bordados a estampados.
Las técnicas utilizadas en Grecia son numerosas y tienen una larga historia. “He probado varias de ellas, pero decidí centrarme en el punto de cruz. Disfruto de su movimiento repetitivo de ida y vuelta porque me brinda una sensación de calma y me permite crear infinitas combinaciones geométricas”.
Los bordados que crea Porfyria son composiciones de patrones y símbolos rigurosos. “Imágenes de la naturaleza, como flores y pájaros, figuras humanas y simétricas además de elementos artísticos tradicionales. Todos ellos se unen para formar un universo de bordado único”. Además, la gama de colores que utiliza para sus lienzos bordados son relajados y elegantes.
En la tradición está la inspiración
Los diseños del arte popular, como alfombras y los trajes tradicionales son los principales referentes de Porfyria. “Sin embargo, mi inspiración no se limita a Grecia. Estudio países con una rica historia en este campo, como Palestina y Afganistán. Más allá de la naturaleza y de las combinaciones de colores inesperadas que pueda observar, me inspiro mucho en canciones, letras y proverbios. A menudo, escucho una frase y me imagino inmediatamente la ilustración que voy a crear”.

La técnica utilizada por Porfyria Moschopoulou es el punto de cruz.
Muchos de los dibujos que plasma en sus bordados son reflejo de sus vivencias personales. “Aunque normalmente dejo que mi imaginación vuele más libremente y no planeo de antemano una historia que representar. Trabajo de forma más espontánea con la tela”. Para el futuro tiene tiene previsto ampliar a otros conceptos. “Me gustaría centrarme más en el simbolismo, especialmente en contar historias a través del bordado”.
Porfyria no sólo borda en tela de Panamá, hilos de algodón y bastidor de madera, también utiliza los motivos de sus bordados para estampar pañuelos o pareos. Una forma diferente de mostrar la tradición griega. “Para mí, la tradición es un organismo vivo que debe evolucionar. Algunos elementos se descartan, otros permanecen iguales y algunos se transforman. Diseño telas inspiradas en el arte popular pero adaptadas a la actualidad. Hay un gran público al que le encanta esta estética, pero no querría llevar algo demasiado tradicional, como vestir un traje entero en su vida cotidiana. En cambio, pueden comprar una bufanda o un pareo con patrones que les gusten. A mi manera, manera siento que estoy contribuyendo a la preservación y evolución de la cultura popular”.
Más arte que manualidad
Aunque el bordado siempre se ha considerado una labor, una manualidad inherente a la mujer, el bordado está alcanzando la categoría de arte independientemente del género de quien lo practique. Esto podría hacerle perder parte de su identidad pero no. “Aunque aprecio el reconocimiento y la importancia de esta artesanía hecha a mano, no quisiera que perdiera el carácter popular y el sentido de conexión que representa el bordado -asegura Porfyria-. En el pasado, era una oportunidad para que las mujeres se reunieran en los hogares, compartieran noticias y, al mismo tiempo, crearan pequeñas obras de arte de la manera más sencilla. Es conmovedor pensar que el bordado se desarrolló como una necesidad de compartir y comunicarse”.

Los artistas actuales contribuyen a la preservación del bordado enriqueciéndolo con su creatividad.
Las mujeres han sido siempre las responsables de preservar este arte. Su contribución ha sido esencial a la hora de fomentar el ‘dibujar con hilo’. “La dedicación, el talento, la inteligencia y la imaginación de las generaciones anteriores de bordadoras fueron una fuente de inspiración y un ejemplo para mí para seguir este camino”.
Es muy alentador ver que ahora también hay hombres reconocidos en el campo de las artes que contribuyen a la preservación del bordado y, al mismo tiempo, agregan su propia perspectiva al arte tradicional. Un arte, que en este mundo tan vertiginoso, merece ser revalorizado. “Hoy en día, la vida se mueve a un ritmo tan exigente y el tiempo es tan valioso, que esas innumerables horas que dedicas a crear una pieza de bordado deben ser reconocidas. Su papel decorativo lo resalta, revelando el esfuerzo y la dedicación del artista”.