La Comunidad Valenciana (España) tiene una importante tradición en indumentaria tradicional. Sobre todo, la fallera. La relevancia de sus fiestas hace que muchos valencianos y valencianas se vistan adecuadamente a pesar de que sus precios pueden ser muy altos. Pero, siempre hay alternativas como las que propone MiMcostura, el proyecto liderado por Tania Mim que incluye desde la confección de trajes hasta la enseñanza o la venta de tejidos y patrones online. “Se puede ir bien vestido sin invertir un dineral, siempre y cuando no quieras imitar la indumentaria de la alta burguesía e incluso así, existen opciones con un precio final muy asequible -comenta Tania-. Hoy en día existen imitaciones de seda salvaje muy buenas y también hay alternativas a las lanas, por ejemplo”.
Tania lleva 20 años en el mundo de la confección, titulada en patronaje industrial, se ha formado en todos los sectores de la rama textil: moda, alta costura, sastrería… Curiosamente, Tania no tuvo una estrecha relación con las tradiciones. Ni en su casa se cosía ni participaba en un grupo de coros y danzas. “Empecé muy jovencita a coser porque quería hacerme los outfits para los fines de semana. Nunca he estado vinculada al folclore, ni tan siquiera era consciente de su valor, hasta que conocí a María José Martínez, mi profesora. A ella le encantaba y lo transmitía desde el foco cultural. Gracias a la indumentaria no sólo conocemos como se vestían nuestros antepasados, sino que además conocemos cómo era su vida, que necesidades tenían y cómo las satisfacían. Es un viaje al pasado precioso. Es increíble como puede cambiarte la vida un buen profesor”.
Conocer el pasado
En su web MiMcostura se pueden encontrar patrones para toda la familia, guías didácticas con técnicas específicas para este tipo de prendas así como información al respecto. Aunque ha realizado algún patrón de otra época por encargo, sus patrones se centran en la indumentaria tradicional de los siglos XVIII y XIX, “cada cual con sus características particulares” puntualiza la creadora. “Lo que es la estructura base de la indumentaria, era igual o muy similar en toda Europa, los cánones de belleza eran los mismos, obviamente cada lugar tiene sus propios detalles, también influye la materia prima a lo que tuvieran disposición, así como las necesidades propias del clima o las tareas, por ejemplo”.
En los patrones de MiMcostura las instrucciones para realizar la prenda están explicadas al detalle.
Aunque trabaja tanto la indumentaria femenina como masculina es esta última su punto fuerte. “Sobre todo, por haber estudiado sastrería, aunque me siento igual de cómoda trabajando la femenina. Pero tengo que reconocer que la masculina me tira mucho, siempre procuro tener tejidos específicos para ellos, tienen una indumentaria muy rica con muchos complementos y una confección muy específica”. Chaleco cruzado, jupa o chaqueta corta, blusón, calzón tradicional o negrilla (otro tipo de calzón característico de las clases humildes en el siglo XVIII. Estos patrones además, sirven tanto para la indumentaria regional valenciana, como para el traje de baturro, traje regional extremeño, gallego y de otras zonas de la Península. “Afortunadamente los hombres cada vez más se preocupan por la indumentaria -puntualiza Tania-. Cabe recordar que la indumentaria masculina es muy rica y hay opciones para todos los bolsillos, pero siguen siendo mayoría las mujeres y las niñas quienes más indumentaria consumen”.
Posible adaptación
Además, el blusón, una de las prendas del vestuario masculino del siglo XIX, bien podría adaptarse a los tiempos actuales. “Originariamente el blusón era una prenda de uniforme laboral, viendo lo útil que era, puesto que cubría la ropa y evitaba el desgaste no tardó en hacerse popular hasta el punto que se acabó confeccionando en tejidos lujosos y ornamentando con bordados y abalorios. Y sí, ¿Porqué no? Hoy en día, con la multitud de tejidos que hay, podría utilizarse esta prenda perfectamente al fin y al cabo, no deja de ser lo que llamamos hoy en día, una sobrecamisa”.
Selección de tejidos para un chaleco masculino. Desarrollo de un jubón.
Otras prendas no tendrían tanta aceptación hoy en día por su funcionalidad. “El jubón, por ejemplo, es una prenda exterior que hoy se le podría considerar una cazadora. El jubón se ponía encima del corsé o justillo, como le llamamos aquí en València. En la alta costura le podría ver salida pero no mucha, porque no es una prenda cómoda”. Lo mismo pasa con la lencería porque suscita poco interés actualmente vestir la indumentaria tradicional con la misma ropa interior que llevaban nuestros ancestros. “Cuesta más ponerse en el lugar de aquellas personas, ir sin la ropa interior que a día de hoy utilizamos, da pavor”.
Todo lo necesario
En la tienda de MiMcosturas lo más destacado son los patrones. Pocos son los espacios -y ya mucho menos la bibliografía- centrados en la parte más técnica de la indumentaria tradicional. “Mucha gente sabe coser, pero saber patronar es otro cantar -puntualiza Tania-. Son muchos los comentarios que he recibido de personas que han dado el paso para confeccionarse su primera prenda de indumentaria gracias a mis patrones y yo… ¡feliz!”.
En su tienda ofrece también telas y pasamanerías adecuadas para trajes tradicionales: batista, brocado, chenilla, indiana, lino, sedalina… además de todo tipo de aderezos textiles para completar el traje como galón, entredos y puntillas de bolillo, puntillas bordadas de muselina o tiras bordadas. A la hora de buscar sus proveedores… “En la medida de lo posible, siempre busco artículos que sean lo más fidedignos a la indumentaria tradicional. Es muy complicado encontrar reproducciones, pero me preocupo por encontrar tejidos y artículos lo más similares posible”.
Las instrucciones de de MiMcostura para crearse un jubón de manga larga del siglo XVIII.
La importancia de enseñar
Como en su día María José enseñó a Tania, ahora es ella la que transmite sus conocimientos a las nuevas generaciones organizando cursos y talleres. “Doy clases de indumentaria -cuenta Tania-. En ellas no sólo enseño a coser, patronar y cortar, sino que además les explico los cánones de belleza y las modas de cada época, así también aprenden y entienden qué tejidos, prendas o colores deben utilizar según el atuendo”.
Todo ello bajo el prisma de la sostenibilidad. “La filosofía principal en la indumentaria tradicional es la reutilización. El aprovechar hasta el infinito y es algo que trabajo mucho con mis alumnos. El darle una ‘lavadita de cara’, sobre todo para acercar la prenda a lo tradicional”. A veces son sus propios alumnos los que suelen comentar a Tania qué color se lleva o qué pasamanería es la que está en auge esa temporada. “No sigo las modas actuales porque son efímeras y yo prefiero la indumentaria tradicional, en ella está todo inventado”. Y atención, a la hora de revisionar un traje de segunda mano, Tania aconseja: “Cuidado, que no es lo mismo viejo, que antiguo. A poquito que entiendas de indumentaria puedes ir muy bien vestido y por un precio muy razonable”.
La indumentaria tradicional cada vez suscita más interés, algo muy positivo pero ojo, todavía queda mucho camino por recorrer. “Cada vez más la gente se preocupa por vestir correctamente pero sigue habiendo muchos falsos mitos de cómo deben usarse y combinarse prendas, peinados y demás. Vamos poco a poco, pero estamos en buen camino”.