Documentar la tradición en tiempos modernos

Entre otros muchos temas inspirados en sus múltiples viajes, la fotógrafa Rosa Gómez ha centrado el objetivo de su cámara a la indumentaria tradicional. Sus imágenes, cercanas al documental, narran historias de lugares y de personas pero también de tradiciones. Una buena parte de su trabajo se centra en la Sierra de Francia (Salamanca. Castilla y León. España) región a la que se encuentra muy unida por pasar allí parte de su infancia. Su trayectoria profesional y académica pasa por EEUU, Canadá, Bélgica, Italia y Holanda. Licenciada en Filología Hispánica ha realizado estudios de Antropología, Turismo, Diseño y especializado en Marketing y Comunicación. Además, es miembro de la prestigiosa Real Sociedad Fotográfica y ha sido galardonada con importantes premios. Rosa ha publicado varios libros como La Noche de los Candiles en Miranda del Castañar y La Danza tradicional, ambos pertenecientes a Antropología visual, un archivo imprescindible para conocer, de forma profunda y reflexiva, la riqueza cultural destacando la promoción y divulgación del Patrimonio material e inmaterial de los territorios. 

Rosa cuenta a Folkmania cómo es su trabajo como fotodocumentalista de la tradición, los expresivos retratos que realiza y que a través de los cuales nos muestra el pasado, presente y futuro de las tradiciones de la Sierra de Francia a través de la indumentaria tradicional, los vecinos que la llevan y los artesanos que aún la trabajan. 

La fotógrafa Rosa Gómez documenta visualmente las tradiciones.

¿Qué es lo que más te atrae de la indumentaria tradicional?

Desde mi punto de vista, la indumentaria tradicional es una ventana a la historia y la identidad de una comunidad. Cada prenda y cada adorno cuentan una historia, transmitiendo conocimientos ancestrales y reflejando la relación profunda entre las personas y su entorno cultural. Uno de mis trajes favoritos es el traje de Vistas de La Alberca, todo un tesoro. Lo que más me atrae es su capacidad para evocar un sentido de pertenencia y conexión con nuestras raíces, así como su poder para preservar y transmitir los valores, creencias y tradiciones de generaciones pasadas. Como antropóloga visual y fotógrafa, me encanta capturar la belleza y la autenticidad de la indumentaria tradicional en mis imágenes, permitiendo que su historia y significado perduren en el tiempo. Como así lo hicieron dos de mis fotógrafos favoritos, José Ortiz Echagüe y Ruth Mathilda Anderson.

Por otro lado cada prenda es un testimonio vivo del arte y la destreza de las manos que la confeccionaron, así como de los orfebres que crearon las preciosas joyas que la complementan. Estas prendas y alhajas son más que simples objetos, son tesoros que encierran el legado de generaciones pasadas. Detrás de cada textil, hay una historia de tradición y dedicación. Imagino a bordadoras como Carmen Requejo en La Alberca, labranderas como Pepita Alía en Lagartera, tejedoras, alfayates como William Cara Zanda o Alfonso Díez en Cerdeña, y tantas personas del ayer y hoy, todos ellos trabajando pacientemente, seleccionando los hilos, las sedas para crear patrones y diseños únicos. 

Lo mismo ocurre con los orfebres, como por ejemplo Méndez Vieira o los Cascón Rosellón en la Sierra de Francia quienes con maestría y pasión, dan vida a las joyas. Cada detalle, cada engaste es una manifestación de habilidad y creatividad que realza la belleza de las prendas y resalta la importancia de la cultura. Considero a todos los artesanos guardianes de estas prendas y alhajas, custodios de un conocimiento ancestral ya que su labor no solo consiste en crear estas obras de arte, sino también en preservar y transmitir el conocimiento y las técnicas a las futuras generaciones. La indumentaria tradicional es un homenaje a la identidad de toda una comunidad, una forma de honrar las raíces y mantener viva la memoria de aquellos que nos precedieron, es un tributo al pasado. Me atrae su capacidad de trascender a lo estético, de convertirse en un puente entre el pasado y el presente, un recordatorio constante de la riqueza cultural que debemos valorar y proteger.

El retrato es uno de los formatos que más apasiona a la fotógrafa Rosa Gómez.

Has centrado tu trabajo en la Sierra de Francia y fruto de ello es la exposición ‘Tejiendo Identidades’. ¿Qué tiene de especial esa zona? ¿Qué es lo que más te atrae de ella? ¿Desde qué perspectiva te gusta más abordarla: la etnografía, las costumbres, el cambio generacional…?

La Sierra de Francia es una comarca que tiene un encanto especial y que ha sido una fuente de inspiración constante no sólo para mi trabajo, sino para tantos otros estudiosos, investigadores y artistas. Lo que más me atrae de esta zona es su riqueza cultural y la profunda conexión que sus habitantes tienen con sus tradiciones y su entorno natural. Desde una perspectiva etnográfica, la Sierra de Francia me ha permitido sumergirme en las costumbres y modos de vida de sus habitantes. Me ha dado la oportunidad de conocer a artesanos tradicionales, participar en festividades ancestrales y aprender sobre las prácticas agrícolas y ganaderas que han perdurado en la zona a lo largo del tiempo.

Sin embargo, lo que más me atrae de este lugar es el cambio generacional que se está produciendo en estos años. La Sierra de Francia ha experimentado transformaciones significativas debido a la migración y al avance de la modernidad. Es interesante observar cómo las nuevas generaciones están reinterpretando y adaptando las tradiciones a los tiempos actuales, manteniendo un equilibrio entre la preservación de la identidad cultural y la apertura a nuevas influencias. En mi proyecto, me gusta abordar la Sierra de Francia desde una perspectiva holística que abarque todos estos aspectos. Intento capturar la belleza de las costumbres y rituales tradicionales, explorar el cambio generacional y la influencia de la modernidad, y mostrar la conexión profunda entre las personas y su entorno natural. Es a través de esta combinación de enfoques que puedo transmitir la complejidad y la riqueza de la Sierra de Francia en mi exposición ‘Tejiendo Identidades’ y otras como “Miradas Sagradas”, recientemente presentada en el Festival de Indumentaria Tradicional de Zamora.

En la Sierra de Francia los jóvenes apuestan por seguir con la tradición.

¿Hay alguna otra zona de Castilla y León que también te gustaría investigar?

La verdad que Castilla y León es una región rica en Patrimonio Cultural y diversidad. Si bien mi trabajo se ha centrado principalmente en la provincia de Salamanca, efectivamente hay otras zonas en la región que me encantaría investigar en el futuro. Una de esas zonas que me resulta muy atractiva y que siempre me ha llamado la atención es la comarca de El Bierzo. Esta zona ubicada en la provincia de León tiene una historia fascinante y una cultura única. Me gustaría explorar las tradiciones y costumbres de esta comarca, su indumentaria y alhajas, así como su paisaje y la relación de los habitantes con la tierra.

También como he dicho antes, termino de llegar de Zamora, que alberga una gran cantidad de pueblos y localidades con una identidad única y tradiciones arraigadas. Me gustaría adentrarme en estos lugares, explorar sus festividades, sus costumbres y su forma de vida cotidiana. Capturar los momentos de celebración y las raíces culturales de la provincia sería un enfoque apasionante para mi trabajo. Además, Zamora también es famosa por sus paisajes impresionantes. Desde las riberas del río Duero hasta los pintorescos campos y colinas, hay una gran variedad de escenarios naturales que me encantaría fotografiar.

En las zonas rurales las tradiciones las festividades e indumentarias se viven con mayor intensidad,

¿Cómo ves la labor del fotógrafo documental a la hora de recopilar los testimonios de esos últimos artesanos o habitantes que quedan en las zonas rurales?

El fotógrafo documental juega un papel fundamental en la recopilación de testimonios de los últimos artesanos y habitantes de zonas rurales. A través de su lente, tiene la capacidad de capturar no solo la apariencia física de las personas, sino también su historia, su contexto y la conexión con su entorno. Además, los últimos artesanos y habitantes de las zonas rurales suelen ser guardianes de conocimientos y tradiciones ancestrales que están en peligro de desaparecer. El fotógrafo documental tiene la responsabilidad de preservar y difundir estas historias valiosas. Su trabajo consiste en establecer un vínculo de confianza con los sujetos, escuchar sus relatos, comprender su perspectiva y plasmarlos siempre de manera respetuosa y auténtica.

Otro factor importante es que el fotógrafo documental tiene la capacidad de despertar conciencia y empatía en el espectador. A través de imágenes poderosas y narrativas visuales, el fotógrafo puede transmitir la gran importancia de preservar las tradiciones y el Patrimonio Cultural de estas comunidades. Su labor es una forma de dar voz a aquellos cuyas historias pueden pasar más desapercibidas, creando un legado visual que permitirá a las generaciones futuras conocer y apreciar la riqueza cultural de las zonas rurales.

En el traje tradicional masculino de La Alberca destaca el chaleco de terciopelo azul con botonadura de plata.

En ese sentido… ¿Crees que es necesario un trabajo más ‘de campo’?

Sin duda, el trabajo de campo es esencial en disciplinas como la Antropología Visual y la Fotografía Documental. Aunque vivimos en una era digital en la que la información está al alcance de nuestras manos, el trabajo de campo sigue siendo fundamental para comprender plenamente la vida y la cultura de las distintas comunidades. El trabajo de campo nos permite sumergirnos en el entorno y vivir de cerca las experiencias de las personas que estudiamos. Nos brinda la oportunidad de establecer conexiones personales, escuchar testimonios de primera mano y observar los detalles y matices que no se pueden capturar a través de una pantalla. El contacto directo con las personas y el entorno en el que viven nos permite comprender mejor su perspectiva, sus desafíos y sus tradiciones.

Además, el trabajo de campo nos ofrece la posibilidad de documentar de manera más auténtica y completa la vida cotidiana de los pueblos, su día a día. Podemos capturar momentos espontáneos, expresiones genuinas y gestos significativos que sólo se revelan cuando estamos presentes físicamente. Especialmente la esencia de las personas. Todas estas imágenes y testimonios recopilados en el terreno tienen un valor único y contribuyen a una comprensión más profunda y rica de la cultura que se está estudiando.

Has puesto en marcha dos proyectos interesantes: Antropología Visual – Identidad y Patrimonio y Transmedia… ¿Cómo surgió el primero?

Si me preguntas cómo surgió la Antropología Visual de manera general te diré que como respuesta a la necesidad de explorar y representar la diversidad cultural de manera más amplia y poderosa. A medida que la fotografía y el cine se convirtieron en medios accesibles y populares, los antropólogos vieron en ellos una herramienta valiosa para documentar y analizar la vida social y cultural de las personas. La Antropología Visual combina los métodos de investigación antropológica con el poder de la imagen visual, permitiendo una comprensión más profunda y emotiva de las sociedades y culturas que se estudian. Esta disciplina no solo ha enriquecido nuestra forma de investigar, sino que también ha brindado una voz y una representación visual a los pueblos estudiados, permitiéndoles contar sus propias historias y desafiar estereotipos culturales.

Si lo que me preguntas es por mi proyecto en concreto te diré que en el fondo la razón es la misma, una necesidad. Mi forma de trabajar, reflexiva y pausada me requirió seguir con mi proyecto profesional de manera independiente, dejé el periodismo de actualidad y comencé a trabajar para organismos oficiales creando reportajes para la promoción de la Cultura y el Turismo. Buscando una visión más personal y científica comencé mi proyecto Antropología Visual – Identidad y Patrimonio que hasta el momento es el que más satisfacciones me ha dado. En los inicios también formó parte para mi proyecto de investigación. Poner en valor el Patrimonio Cultural, como recurso y motor de desarrollo de los pueblos fue y es mi principal motivación, el origen del proyecto.

En la indumentaria serrana destacan las alhajas realizadas por orfebres artesanos.

Por su parte, en Transmedia invitas a la gente a convertirse en narradores e investigadores del patrimonio cultural de su región. ¿Cómo está siendo su evolución?

La evolución de Transmedia en las redes sociales ha sido realmente impactante. Las plataformas digitales nos han permitido alcanzar a una audiencia más amplia y diversa, conectando con personas de diferentes edades, ubicaciones geográficas y trasfondos culturales. A través de estas redes, hemos podido compartir historias, imágenes y videos que capturan la esencia del patrimonio cultural especialmente de mi comarca Sierra de Francia. La interactividad de las redes sociales ha sido fundamental en la evolución del proyecto. A través de comentarios, mensajes privados y publicaciones compartidas, hemos fomentado la participación activa de la audiencia.

Ahora que hay tanta información… ¿Cómo has visto a la gente joven? ¿Más interesada en su identidad, menos? ¿Existe un relevo generacional?

Con el acceso a una gran cantidad de información disponible en la era digital, he observado que la gente joven muestra un creciente interés en su identidad y en conectarse con su patrimonio cultural. Aunque también es cierto que la influencia de la globalización puede generar una mayor diversidad de intereses y referencias culturales entre los jóvenes, muchos de ellos están buscando una base sólida en sus raíces y tradiciones.

La juventud actual se caracteriza por ser una generación curiosa y ávida de conocimiento. Gracias a la tecnología y a las redes sociales, tienen acceso a una amplia gama de información sobre diferentes culturas y prácticas tradicionales. Esto ha despertado su interés en explorar y comprender su propia identidad cultural. Además, la juventud de hoy valora la autenticidad y la conexión emocional. Buscan formas de expresión que les permitan conectarse con sus raíces y encontrar un sentido de pertenencia. A través de la música, el arte, la moda y otros medios creativos, los jóvenes encuentran formas de afirmar y celebrar su identidad cultural.

En cuanto al relevo generacional, he visto que hay una cierta continuidad en la transmisión de conocimientos y tradiciones entre las generaciones. A pesar de los desafíos que presenta la globalización, muchos jóvenes están interesados en aprender de sus padres, abuelos y otros miembros mayores de su pueblo. Existe una voluntad de preservar y mantener vivas las tradiciones, lo que contribuye a un flujo constante de conocimiento y prácticas culturales entre las generaciones.

Para Rosa Gómez el trabajo de campo es fundamental.

Ante el problema de la Globalización… ¿La gente está mirando más hacia sus raíces, a su identidad?

En un mundo cada vez más globalizado, hemos observado un fenómeno interesante: muchas personas están volviendo la mirada hacia sus raíces y buscando reconectar con su identidad cultural. La globalización ha traído consigo una mezcla de influencias culturales y una homogeneización en muchos aspectos de la vida moderna. Sin embargo, esta misma tendencia ha despertado en las personas un deseo de preservar su identidad y tradiciones únicas.

La gente se está dando cuenta de que su patrimonio cultural es una parte valiosa de su individualidad y una fuente de sentido de pertenencia. A medida que los efectos de la globalización se hacen más evidentes, hay un mayor interés en valorar y celebrar las tradiciones, la música, la danza, la indumentaria y otras manifestaciones culturales propias de cada comunidad. Esta búsqueda de identidad se refleja en el resurgimiento de prácticas culturales tradicionales, el interés por aprender las lenguas locales, el fomento de la gastronomía autóctona y el redescubrimiento de las historias y leyendas ancestrales. Es decir, las personas están recurriendo a sus raíces como una forma de preservar su singularidad y mantener vivas sus tradiciones en un mundo cada vez más interconectado. Pero es importante destacar que este enfoque en las raíces no significa un rechazo a la apertura y al intercambio cultural que trae consigo la globalización. Más bien, se trata de encontrar un equilibrio entre la preservación de las tradiciones y la apertura a nuevas influencias, para construir una identidad cultural sólida y en constante evolución.

A la hora de hacer un trabajo etnográfico… ¿Es diferente la zona rural que la urbana aunque en esta última también haya indumentaria tradicional y festividades? ¿Se diluye todo más en las zonas urbanas?

Definitivamente sí, ambas presentan diferencias significativas en términos de tradiciones y costumbres. Aunque en las áreas urbanas también podemos encontrar indumentaria tradicional y festividades, es en la zona rural donde estas tradiciones suelen estar más arraigadas y preservadas. En las zonas rurales, la vida cotidiana está estrechamente ligada a la naturaleza y al entorno, suelen mantener tradiciones ancestrales en su forma de vestir, en las festividades que celebran y en sus actividades económicas, como la agricultura y la ganadería. Estas tradiciones tienen un impacto directo en la identidad y el sentido de pertenencia de las personas que las practican.

Por otro lado, en las zonas urbanas, la influencia de la globalización y la diversidad cultural es más evidente. Si bien todavía se pueden encontrar expresiones de indumentaria tradicional y festividades, estas suelen mezclarse con influencias contemporáneas y culturas de otras partes del mundo. Esto puede llevar a una cierta dilución de las tradiciones autóctonas y a una mayor diversidad en la forma en que se expresan. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las zonas urbanas también albergan comunidades y grupos que se esfuerzan por preservar y promover sus tradiciones. Afortunadamente existen asociaciones culturales, eventos específicos y espacios que hacen una gran labor dedicados a mantener vivas estas tradiciones dentro y fuera de los entornos urbanos, un ejemplo de ello es el Instituto de las Identidades en Salamanca, la asociación La Morana en Zamora, Aire D’Andratx en Mallorca, el desaparecido Museo de las Alhajas en La Bañeza, el grupo etnográfico Traxandaina en Lugo…

La fotógrafa Rosa Gómez ha ganado el prestigioso galardón MUSE en Estados Unidos.

El Patrimonio Cultural… ¿Se conserva y promueve como es necesario? ¿O las instituciones no dan más de sí a causa del bajo presupuesto, del desinterés, de la falta de personal…?

El Patrimonio Cultural es una parte invaluable de nuestra identidad y riqueza, y su conservación y promoción son de vital importancia. Sin embargo, es cierto que las instituciones a menudo se enfrentan a desafíos significativos. El bajo presupuesto, el desinterés y la falta de personal son obstáculos comunes que pueden limitar los esfuerzos de conservación y promoción. Aunque estas dificultades son reales, también es importante reconocer los esfuerzos y logros alcanzados por algunas instituciones en la preservación del patrimonio cultural. Afortunadamente, existen iniciativas y colaboraciones entre instituciones, organizaciones y comunidades locales que buscan superar estas limitaciones. La sociedad civil y los grupos de voluntarios desempeñan un papel crucial en la protección y promoción del Patrimonio Cultural, aportando su tiempo, conocimientos y recursos para llenar las brechas dejadas por las instituciones. Además, como dije antes, el desarrollo de las nuevas tecnologías y plataformas digitales ha abierto nuevas oportunidades para la difusión y el acceso al patrimonio. La digitalización de archivos, la creación de bases de datos y la promoción a través de redes sociales han permitido llegar a un público más amplio y fomentar la participación y el interés en el patrimonio cultural.

Sin embargo, es fundamental que los gobiernos y las instituciones reconozcan la importancia del Patrimonio Cultural y asignen recursos adecuados para su conservación y promoción. La inversión en educación, investigación, infraestructuras y programas culturales es fundamental para garantizar la protección y el enriquecimiento continuo de nuestro patrimonio. Además, es necesario fomentar una mayor conciencia y apreciación de la importancia de la Cultura Tradicional en la sociedad, para que se reconozca su valor y se impulse su preservación.

Acabas de ser ganadora del MUSE Photography Awards de EEUU… ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Es el retrato la especialidad que más te gusta?

Ser reconocida como ganadora del MUSE Photography Awards en Estados Unidos ha sido una experiencia increíblemente gratificante y enriquecedora para mí como fotógrafa. Este prestigioso premio me ha brindado la oportunidad de compartir mi trabajo con una audiencia más amplia y de ser reconocida por mi labor en el campo de la antropología visual.

El retrato en particular me fascina porque permite captar la profundidad de las emociones humanas y contar historias a través de las expresiones y gestos de las personas. Cada retrato es una ventana hacia la vida y la experiencia de un individuo, y me emociona poder transmitir esas historias a través de mi trabajo fotográfico. Sin embargo, también encuentro gran satisfacción en explorar otros aspectos de la fotografía documental, como la captura de paisajes, la documentación de festividades culturales o el registro de prácticas tradicionales. Cada área tiene su propio encanto y desafíos, y me gusta mantener una visión amplia y diversa en mi trabajo como fotógrafa.

¿Tienes otros proyectos en marcha…?

Estoy desarrollando un proyecto de investigación visual sobre la artesanía tradicional de Salamanca. Me adentraré en talleres y estudiaré la labor de los artesanos locales, capturando el proceso de creación de sus obras y resaltando la maestría y dedicación que se requiere. Mi objetivo es dar visibilidad a estos artesanos y concienciar sobre la importancia de preservar estas técnicas ancestrales. También estoy colaborando con instituciones culturales de Salamanca para crear una exposición itinerante que resalte el patrimonio arquitectónico de la ciudad. A través de la fotografía, quiero poner en valor la belleza y la historia de los monumentos emblemáticos de la ciudad como la Plaza Mayor, la Catedral y la Universidad, destacando su importancia cultural y su contribución a la identidad local.