Todos los que somos amantes de la historia, la diversidad, la belleza, la moda y la tradición sentimos una punzada en el corazón cuando un tejido desaparece porque ya no se fabrica la fibra con la que se tejía o una artesanía queda relegada al olvido cuando su última hacedora muere sin pasar sus conocimientos a otra generación. Pues bien, en este post quiero hablaros de Irene Steiner, una mujer tenaz, amante de la indumentaria y de la joyería tradicional, conocedora de su problemática actual y comprometida con la cultura y la sociedad. En los últimos años, Irene ha comisariado seis exposiciones en museos, dos de ellas para el Museo Nacional de Liechtenstein y también es autora de cuatro libros bilingües sobre vestimenta y joyería tradicionales, así como de otras publicaciones y artículos. Una experta en indumentaria tradicional que día a día pone su granito de arena para poner en valor la artesanía europea.
Publicaciones de Irene Steiner sobre joyería e indumentaria tradicional.
Irene es médico y etnóloga profesional. “Me centré en la medicina tradicional y también trabajé en los campos de la economía de la salud, la psicoterapia y la antropología cultural. Hice mi investigación de campo sobre los sistemas de curación tradicionales en Europa y en Nigeria” y en su análisis buscó la relación entre la salud y las prácticas ancestrales. “Hay muchos aspectos comunes entre la medicina tradicional y las creencias populares en lo que respecta a los amuletos que protegen el cuerpo femenino durante el matrimonio, el parto y la enfermedad. Las costumbres culturales, las prendas de vestir y las joyas tienen en sí mismas muchas ‘funciones’ médicas y psicológicas inmanentes”.
Irene con el tradicional Dirndl. El señor y la señora Woegens. Ella lleva un traje de Föhr de finales del siglo XIX.
Personalmente, a Irene la afición por la indumentaria folk le llegó a edad temprana. “De niña me gustaba usar vestidos tradicionales. Mi familia tiene raíces en muchas regiones europeas donde se vestían como Westfalia, Alsacia, Tirol, la región de Mosel o Liechtenstein por ejemplo. Mis padres solían pasar mucho tiempo conmigo en Andalucía, lo que me fascinaba cuando era niña”. No es de extrañar que una de sus piezas más llamativas sea un vestido de flamenca de los años 70 encontrado en Marbella…
La persona detrás del objeto
El trabajo de Irene se centra en varios enfoques de investigación. Principalmente en “comparaciones, características comunes y aspectos metaanalíticos y estructurales de la vestimenta y de la joyería tradicionales históricas, principalmente del siglo XIX y principios del XX, cuando los trajes típicos todavía se usaban en la vida cotidiana en muchas regiones de Europa. Las perspectivas coloniales solían separar a Europa del resto del mundo. Para mí, los estilos regionales (a diferencia de la cultura dominante global) siempre fueron de particular interés, sin importar de qué país o continente de origen. Es fascinante ver cuán increíblemente creativa ha sido la humanidad en todo el mundo en el pasado”.
Astrid Marxer, Irene Steiner y Gregor Laufenberg frente al Museum für Europäische Volkstrachten.
A Irene también le interesan “los cambios culturales y las variaciones de las formas tradicionales en joyería y vestimenta tradicional a lo largo de generaciones”. Le gusta ir más allá del propio objeto. “En el pasado, en la investigación sobre trajes populares y joyería, se prestaba atención a los tipos, clases o procedencia regional de los objetos. Poco se sabe sobre cada uno de los portadores, de sus vidas y de su conexión personal con las joyas o los vestidos”. Así que, a lo largo de los años, Irene incidió sobre este enfoque: “Investigué mucho sobre lo que yo llamo ‘biografías de los usuarios’. Intento devolver a los objetos su ‘rostro’ personal, dejar que el pasado y sus portadores, sus vidas, cobren vida a través de los objetos de los libros y las exposiciones. Coleccioné trajes completos de los herederos de las usuarias en varias regiones alemanas y escribí parte de sus biografías, recopilando fotografías antiguas de estas damas, en su mayoría con la ayuda de sus nietos u otras personas de contacto cercano”.
Identidad en la era global
Actualmente en Europa ni las joyas tradicionales ni la indumentaria son lo suficientemente valoradas y visible. Sólo de forma local existen Museos e Instituciones que mantienen vivo el interés para los ciudadanos. Pero sería deseable, en estos tiempos tan conectados, que los ciudadanos de la Unión Europea pudieran conocer lo que se hace en su país vecino, e incluso el de más allá. “La ropa y los estilos de joyería tradicionales son parte del patrimonio único de la humanidad. Definitivamente merecen más atención. Muchas técnicas y diseños, ya sea en el sector textil o en el de joyería, corren el riesgo de caer en el olvido sin estar documentados -asegura Irene-. Los museos deberían centrarse más en conservar e investigar objetos raros de la cultura popular, especialmente en Alemania, que últimamente tiene un gran problema para apreciar su propio patrimonio y su identidad local”.
Exposición en el Kreismuseum Zons en Dormagen (Alemania), comisariado por Irene Steiner.
Irene se ha involucrado en el tema y, además de las colecciones con las que ha trabajado de forma profesional, ha atesorado una colección propia compuesta “principalmente por trajes antiguos poco comunes, con historia personal documentada y procedencia, de regiones de habla alemana”. incluso, se involucra al aprender técnicas artesanales. “Estuve varios años estudiando técnicas de orfebrería de la mano de profesionales. Todos los procedimientos me resultan fascinantes. Aún así, siento un gran amor por la filigrana porque, con su naturaleza intrincada y delicada, forman parte de los estilos de muchas tradiciones joyeras regionales”.
Potenciar lo rural
Parece mentira que, en estos tiempos en los que la información está al alcance de un clic, la indumentaria tradicional sea desconocida. Muchas personas la ven como algo del pasado y no como de algo de lo que se puede aprender. “El futuro necesita del pasado. Nuestras tradiciones locales son muy ricas. Inicié colaboraciones con varios fotógrafos para mostrar nuevas perspectivas sobre los trajes y las joyas locales históricos con el fin de hacer que los trajes tradicionales sean más visibles en los tiempos modernos, especialmente para los más jóvenes. A menudo me criticaban por mostrar piezas tradicionales a mujeres modernas, pero para mí resultó ser una buena manera de motivar especialmente a la generación más joven y mostrar la belleza atemporal de la moda rural”.
Traje de boda Hüttenberg (Hesse) de primera mitad del siglo XX y traje de Vierlande del siglo XIX. Fotos de Corina Gertz.
Pero no sólo el desconocimiento. Existe otros factores que hacen que la artesanía tradicional no sea valorada como se merece. Como el abandono del campo. Actualmente, las zonas rurales de muchas partes de Europa están deshabitadas, algo que se podría evitar si se les diera más visibilidad, no sólo desde el punto de vista turístico, sino como una comunidad donde apetece desarrollar un proyecto de vida y echar raíces. “La artesanía de pequeños grupos étnicos y los estilos locales de pequeñas comunidades, en su mayoría rurales y antiguas, son increíblemente ricas. La ‘cultura campesina’, las formas de vida de la gente común en contraposición a la ‘cultura de los ricos’, está subrepresentada en los debates y en las instituciones culturales. En mi opinión, la asignación de recursos para representar adecuadamente este elemento de nuestro pasado sigue siendo deficiente”. Dar a conocer la cultura y las artesanías de estas zonas rurales servirían no sólo para que no se olvidaran sino también como una importante fuente de ingresos. Sólo en España, por ejemplo, la artesanía aportó a la economía más de 6.000 millones de euros en 2019… Si las distintas disciplinas artesanales europeas se cuidaran como se debiera, la riqueza del continente podría ser aún mayor.
Peligro de extinción
Otro de los factores negativos es la globalización, que no sólo incide en la Indumentaria tradicional, sino también en el planeta. “Está destruyendo las costumbres y tradiciones locales en todo el mundo. La producción en masa y la moda rápida arruinan la producción local. Los trajes tradicionales estaban hechos para usarse durante toda la vida y a menudo, se transmitían de generación en generación. Eran muy sostenibles. A excepción de los complicados vestidos festivos y ciertos elementos, muchas partes de los vestidos regionales se podían producir localmente. A menudo había profesionales locales para tejer, coser, bordar y otras artesanías, lo que mantenía muchos pasos de la producción y también las ganancias en las regiones”.
Vestido de flamenca de la década de 1970 conseguido en Marbella (Málaga. España).
Hay otro punto del que poco se habla pero que también perjudica a la Indumentaria tradicional y es la apropiación cultural. “Ésta se produce y es ampliamente discutida. Las personas y comunidades que crearon patrones, diseños, estilos y técnicas artesanales específicas deben ser reconocidas y recibir parte del beneficio monetario. Es un problema general. Los trabajadores y los recursos naturales son brutalmente explotados, mientras que la artesanía local está desapareciendo porque no puede competir con las grandes empresas que operan en todo el mundo”.
El papel de las instituciones
Además, el papel que juegan los Museos, Asociaciones e instituciones tendría que ser mucho más activo para mejorar la situación actual de la Indumentaria Tradicional Europea. Se presta mucha a atención a las llamadas ‘artes mayores’ pero poca, al folclore. “Se necesitaría más reconocimiento social, nuevas decisiones políticas y, sobre todo, más dinero y más empleos en el campo de la investigación y el trabajo en museos y archivos”, asegura Irene. Además, en Alemania -como ocurre en otros puntos de Europa- el problema se agrava más por dos cuestiones: la primera, porque “al igual que los museos de mujeres, el tema del traje, que también se percibe como principalmente ‘femenino’, no goza de suficiente apoyo “. Y segundo, porque “muchos pequeños museos del sector textil, de trajes y joyas folclóricos, están gestionados sin ánimo de lucro, por aficionados comprometidos o con financiación privada. Debido a la precaria situación financiera, su stock de objetos está permanentemente en peligro, especialmente cuando se trata de transmitirlos a las generaciones futuras. Yo participé en la ‘salvación’ de los fondos de un museo de este tipo en 2019, cuando se cerró un museo de trajes típicos en la Selva Negra tras el fallecimiento de su propietario. Una colección construida durante más de 45 años casi acabó en la basura. Europa es lo suficientemente rica como para cuidar su patrimonio cultural, por lo que los políticos deberían ser conscientes de sus responsabilidades y esforzarse más”.
Selección de joyería antigua en filigrana de Europa y África. Joyería en la exposición del Kreismuseum Zons.
Irene tiene un sueño que compartimos muchos: la creación de un Museo centrado en la Indumentaria Tradicional y que sería deseable además, que incluyera todas sus disciplinas satélites, léase tradición oral, música o artesanías. “Un espacio que muestre las ricas tradiciones de los trajes y joyas locales europeos en tantas variaciones como sea posible, unidos en un solo espacio, un museo de patrimonio ponible, en contraposición al arte ‘no funcional’ favorecido durante mucho tiempo. Un museo con espacio para el encuentro con el patrimonio vestible de otros continentes también ya que para mí, la perspectiva colonial de separación a lo largo de las fronteras no tiene ningún sentido. La mayoría de los museos se centran únicamente en sus regiones particulares. Esto es muy importante, pero sería genial ver los trajes europeos unidos en un solo lugar. Comencé mi trabajo con un pequeño museo alemán que sigue este concepto. Pero como ya he mencionado, esta casa, el Museum für Europäische Volkstrachten, está dirigido en su mayoría por personas mayores que dedican su tiempo sin remuneración. Por tanto, su futuro es incierto. Desafortunadamente y por el momento, no hay fondos suficientes para materializar mi sueño. Económicamente se necesita un patrocinador o financiación colectiva, y sobre todo, medidas políticas que garanticen la continuidad en la preservación e investigación de nuestra herencia europea”.