La palabra ‘escapulario’ procede del latín medieval, ‘scapularium’, que a su vez, está formado sobre la palabra ‘scapularia’, plural de ‘scapulare’, y este término procede a su vez del término latimo ‘scapŭla’ ‘que significa ‘hombro’ o ‘espalda’. Los escapularios -según la Real Academia de la Lengua Española (RAE)- son objetos de devoción formados por dos pedazos pequeños de tela unidos con dos cintas largas para echarlos al cuello.
En el Museo del Traje de Madrid se custodian algunos modelos antiguos y, según su investigación, “La costumbre piadosa de llevar un objeto en contacto con el cuerpo al que se le adjudican propiedades protectoras o benefactoras es universal”. En España, su uso fue muy popular porque el material con el que estaban hechos (lana) era muy asequible. Su difusión se relaciona con la llegada al país de la orden carmelita en el siglo XIII, y su uso está muy establecido en el siglo XVII alcanzando su mayor auge en la primera mitad del siglo XX. Desde entonces su uso cotidiano ha decaído casi hasta desaparecer… salvo en la indumentaria tradicional.
Aránzazu es la artífice de Conelsantoalcielo, una firma artesanal dedicada a la creación de escapularios contemporáneos. En Conelsantoalcielo, la creadora ha conjugado su afición por la indumentaria tradicional (“Me encantan las fiestas populares, las tradiciones y el folklore en general, que creo que es una muestra muy significativa de la riqueza de los pueblos”) y su formación en Bellas Artes. “Aparte de que por trabajo estoy en contacto con el mundo del arte, las antigüedades y la restauración; soy una enamorada de las cosas bellas y con «alma», objetos antiguos que acumulan años, historias, energías, sin perder belleza”.
Con toda su esencia
Conelsantoalcielo surgió de forma natural. “Empecé a hacer escapularios gracias a que mi sobrino, Álvaro, fue presidente infantil de su falla. Después de regalarle unos escapularios antiguos para complementar su indumentaria tradicional, pensé que yo misma podía hacerle uno muy especial de nuestra Mare de Déu para que lo luciera en su primera ofrenda como presidente infantil. Y desde ese momento, que fue en el 2019, hasta ahora”.
Valencia es la tierra natal de esta artista y diseñadora, una provincia española donde las tradiciones se viven con intensidad. “Valencia es una tierra riquísima en muchas cosas, también en su cultura, en sus fiestas y tradiciones que, aunque evolucionen con el tiempo, no pierden su esencia. Yo adoro la fiesta de las Fallas y la devoción que en esta tierra sentimos, sobre todo, por nuestra Virgen De Los Desamparados y por nuestro patrón San José”.
Aunque sus piezas se usan principalmente en la indumentaria valenciana, también se utilizan en otros trajes como los alicantinos o aragoneses. Sus escapularios artesanales, con formas de corazones, peces o pájaros), destacan por su singularidad, su cuidado del detalle y por su significado. “Mis escapularios y amuletos son pequeñas piezas hechas con mucho amor y fe. En ellos busco mantener esa estética antigua dándoles mi toque personal. Intento buscar las imágenes más bonitas y antiguas que combino con retales de las telas (sedas, algodones, rayones) con sus vistosos bordados, tan preciosas y ricas que tenemos en esta tierra y que son la base de nuestra espectacular indumentaria tradicional”.
Un accesorio contemporáneo
Sus joyas las lucen indistintamente hombres y mujeres y Aránzazu suele recibir encargos. “Las personas eligen la imagen del Santo o la Virgen que quieren, y a veces escogen preferencia por los tonos y el color del lazo o del pompón, pero siempre trabajo con mucha libertad e intento ser lo más fiel posible a los modelos antiguos pero con toda la carga emocional y devocional actualizada”.
Aparte de ser un adorno único para llevar en los trajes tradicionales durante las fiestas populares, los escapularios de Conelsantoalcielo pueden adquirir otras funcionalidades. “Son piezas muy decorativas para ponérselas a imágenes de Santos o Vírgenes, como adornos en pequeñas capillas, en coronas florales, o enmarcados. Personalmente, me gusta ponérmelos en el día a día como complementos super originales, colgando de un collar, o en un bolso o como broches. Desgraciadamente, yo no tengo el don de convertir mis piezas en objetos protectores pero lo que sí garantizo es que pongo en ellos toda mi creatividad, mi fe y mi energía más positiva para que además de belleza transmitan amor y esperanza”. Tan necesarios en estos tiempos.