Hay puristas que no ven con buenos ojos adaptar la indumentaria tradicional a los gustos y necesidades actuales pero tiene mucho a su favor. Por un lado, resulta algo temerario llevar un valioso traje tradicional (sobre todo si es antiguo) a unas fiestas populares con riesgo a que se manche o se perjudique, Por otro, un traje revisionado es una forma más asequible y accesible. De este modo, ese consigue que la gente se anime a lucir -y muchas veces, se atreva- una seña de identidad de la región donde nació o donde vive.
Faldoneta es el proyecto de las logroñesas Andrea y Leticia, dos riojanas que, por necesidad y ganas, decidieron embarcarse en la aventura de revisionar la indumentaria tradicional. Ambas comparten el interés por el diseño y la moda y también un sentimiento de pertenencia y pasión por La Rioja (España) y sus tradiciones. “La idea de Faldoneta surge tomando un vino en las vísperas de la celebración de las fiestas de San Mateo de 2022. Hablando de las tradiciones, de lo bonito que es el traje y de lo poco que se ve en las calles (y soñando con lo genial que sería que en fiestas todos lo lleváramos puesto…), pensamos en vestirnos nosotras en las siguientes fiestas”.
Faldoneta ha utilizado para su falda serrana un tejido sostenible fácil de mantener y cómodo de llevar.
Pasó el tiempo y, a punto de celebrarse los festejos… “No encontramos ningún sitio donde adquirir un traje. Decidimos entonces confeccionarlo nosotras mismas”. Había muchos factores que hicieron que su idea tomara otro rumbo. “Son muchos elementos los que componen el traje tradicional -falda de paño de lana, enagua, pololos, mandil- que hace que no sea muy cómodo para pasar el día con el traje completo puesto. Si a esto sumamos que el tiempo cada vez es más caluroso en esa época -mediados de septiembre-, llegamos a la conclusión que había que darle una vuelta: teníamos que simplificarlo y hacerlo cómodo, pero manteniendo la esencia”.
Y ahí surge Faldonetas. El nombre además viene por el riojanismo ‘pantaloneta’. “Uno de nuestros objetivos era acercar el traje tradicional, con un diseño actualizado, práctico, cómodo y accesible pero conservando los elementos que lo identifican. Pero para ello había que simplificar”. Y, por eso eligieron la falda como pieza estrella. ”La falda es el elemento más identificable, sobre todo por los colores. El resto de prendas y accesorios que componen el traje tradicional pueden reemplazarse sin dejar de ser reconocible como traje de riojana. Por ejemplo, el blusón negro puede ser sustituido por una camisa o top negro que ya tengamos”.
Simplificar para triunfar
Y el resultado fue sorprendente. “Cuando salimos vestidas tuvo muy buena acogida. Mucha gente se interesó por la falda. Entonces nos planteamos desarrollar el proyecto para acercar el traje tradicional y tratar de mantener esta tradición. Comenzamos en casa haciendo las nuestras, después nos fuimos al pueblo para poder hacer los encargos porque había más espacio y a finales de año esperamos mudarnos a un local que estamos acondicionando. Desde septiembre, debido al número de pedidos (y por la imposibilidad de llegar a tiempo sin sacrificar nuestro trabajo habitual) contamos con la ayuda de un taller de costura en Logroño”.
Las faldas de Faldoneta se hacen a medida y de forma artesanal por lo que se pueden personalizar.
La sostenibilidad fue otro de los motivos que las impulsó a simplificar su propuesta tradicional a una sola prenda. “Sabemos lo contaminante que es la industria de la moda y promovemos un consumo consciente. Simplificando el traje en una prenda, y dejando la libertad de combinar con prendas que ya tenemos, reduce la producción y además hace que cada uno pueda llevar el traje a su terreno y sentirse muy cómodo vistiéndolo”.
Moderno pero con fundamento
Si bien es fundamental preservar las raíces y las tradiciones hay que señalar que la sociedad y la moda están en constante cambio. “Para que la indumentaria tradicional siga siendo relevante en la sociedad actual debe ser adaptada a las necesidades y gustos de hoy. Esto puede implicar cambios en el diseño, los materiales o la funcionalidad de las prendas”. Por ejemplo, el tejido que se usaba para confeccionar las faldas del era lana. “Tenía sentido porque las usaban las mujeres en la Sierra de Cameros para abrigarse. Además, el traje completo tiene muchos elementos que ahora no son prácticos y restan libertad de movimiento por ejemplo, la falda tradicional lleva debajo pololos y enaguas para evitar el roce de la piel directamente con el paño”. Para acercar el traje a un mayor número de personas y para darle mayor funcionalidad y comodidad, necesitaba una actualización.
Pero ojo, reinterpretar el traje regional no significa perder autenticidad o desconectar con las raíces culturales. “Más bien, implica encontrar un equilibrio entre la tradición y la contemporaneidad, permitiendo que el traje regional siga siendo una expresión vívida de la identidad cultural en un mundo en constante cambio. El objetivo de Faldoneta es preservar la esencia y la belleza de la moda tradicional mientras la hacemos relevante y accesible para las personas de hoy en día. Creemos que esta evolución es esencial para mantener viva la herencia cultural y celebrarla de una manera contemporánea”.
Transformar con respeto
¿Y cómo ha sido la revisión de la falda tradicional riojana que ha realizado Faldoneta? “Fue un proceso muy orgánico. Teníamos claro el objetivo: visualmente tenía que ser igual a la falda tradicional”. Lo primero es la elección del tejido. “Lo que más nos llama la atención de la falda riojana tradicional es su vuelo cuando giran y danzan, por lo que el tejido tenía que tener caída pero que a la vez fuera resistente para que durara y aguantara mucho trote. De tacto suave y agradable ya que al prescindir de la enagua y los pololos iba a estar en contacto con la piel. Y por supuesto, tenía que ser respetuoso con el medio ambiente”.
Faldoneta ha cambiado las tradicionales cintas de terciopelo por cintas de satén.
Conocedoras del gran impacto que tiene la moda en el medioambiente, en Faldoneta han intentado minimizarlo. “Por un lado eligiendo un tejido sostenible y biodegradable y por otro, realizando el proceso de fabricación íntegramente en La Rioja. El diseño, patronaje, corte y confección, así como todos los procesos creativos y de gestión se desarrollan únicamente en talleres riojanos. Somos partidarias del consumo de productos locales y de proximidad y de una moda consciente”.
Las faldas se presentan en color rojo, el más popular, y en verde, mucho más original. Y ya sólo queda elegir los adornos. “Continuamos con las cintas. Al ser el tejido mas fino que el paño, sustituimos el terciopelo original por cintas de satén. Para la cintura, incluimos un elástico deportivo, que se adapta al cuerpo pero sin presión. No queríamos añadir mas prendas, pero las enaguas nos parecían un elemento clave, así que pensamos en simplificarlas, añadiendo una puntilla al final del bajo, que es lo que se ve cuando bailan”.
Faldoneta es artesanía
Una de las características principales de Faldoneta es que sus faldas se hacen a medida por lo que pueden adaptarse a cualquier fisonomía. “El traje tradicional se realiza de manera artesanal y teníamos muy claro que la falda debía hacerse de la misma forma”. La artesanía aporta una serie de ventajas significativas a su prenda: “Primero, en calidad, ya que cada falda se confecciona de manera individual y minuciosa, lo que garantiza una calidad excepcional y duradera. Después la personalización, porque la confección a medida permite que nuestras faldas se adapten a diferentes tallas y formas corporales y esto garantiza un ajuste cómodo y favorecedor para todas nuestras clientas, desde los más jóvenes hasta las más mayores. Por supuesto, la sostenibilidad, porque al minimizar el desperdicio y utilizar técnicas tradicionales que respetan el medio ambiente, contribuimos a reducir el impacto ambiental de la moda”.
Aunque las faldas en color rojo son más populares, Faldoneta también las confecciona en color verde.
Con la artesanía también hay conexión cultural, porque “cada prenda hecha a mano cuenta una historia de habilidad y herencia cultural y, por último, valor emocional porque cada falda tiene una historia y un proceso detrás, lo que la convierte en algo más que una simple prenda de vestir. Es una pieza de arte y cultura que puede ser apreciada y atesorada”.
La confección a medida lleva intrínseco el plus de la personalización. “Nos brinda la flexibilidad de adaptarnos a los gustos de nuestras clientas. Por ejemplo, podemos cambiar la longitud de la falda según las preferencias individuales. Además, estamos considerando transformarla en una versión de falda pantalón para ofrecer aún más opciones. Pero quien tiene en sus manos la elección de jugar con la falda son los clientes seleccionando el resto de prendas con las que llevarla. Nos encanta ver como cada persona le aporta su propio estilo y la lleva a su terreno”.
Para todas las edades
En muchas localidades españolas es difícil ver una mayoría de gente vestida con el traje tradicional. “En La Rioja, es común que la niñez sea el momento en el que nuestras madres nos visten con trajes tradicionales. Sin embargo, es cierto que es poco común ver a jóvenes o adultos vestidos de riojanos, a menos que formen parte de grupos de folklore o danzas. Nos hemos preguntado por qué y hemos llegado a la conclusión de que existen dos barreras significativas en la adquisición de un traje tradicional”.
La primera de ellas es la dificultad de acceder a ella. “Los trajes tradicionales son prendas hechas a medida, confeccionadas de manera artesanal y con una variedad de elementos y accesorios que aumentan su costo. Históricamente, era común que las mujeres confeccionaran estos trajes en casa, lo que otorgaba un valor artístico y cultural significativo. Sin embargo, esta práctica se ha ido perdiendo, y la adquisición de un traje tradicional a medida se ha vuelto más difícil y costosa”.
Las faldas infantiles de Faldoneta les permite una mayor comodidad y libertad de movimientos.
Y la segunda es la comodidad. “Los trajes tradicionales completos no son muy confortables debido al número de elementos y materiales, que hacen que sean pesados y resten movimiento. Pero también, a menudo requieren un mantenimiento minucioso. El lavado a mano o en tintorería, por separado debido a los diferentes colores y materiales, el planchado y el almidonado son procesos laboriosos que pueden disuadir a las personas de vestir con trajes tradicionales, incluso si los poseen”. Para romper con esta tendencia, Faldoneta cuenta con una versión infantil de su falda para promover el uso de la indumentaria tradicional en todas las edades.
Abriendo el armario
Aunque en este momento están enfocadas en la emblemática ‘falda serrana’ o ‘falda riojanita’, no descartan la posibilidad de explorar otras prendas del traje tradicional, como la blusa y el mandil. “La variedad de trajes tradicionales que hay en La Rioja es mucha. Casi cada localidad tiene el suyo propio. Nos encanta la originalidad y lo diferentes que son entre si. Nuestra prioridad es mantener viva la esencia y la belleza de la cultura riojana a través de nuestras creaciones, y esto podría incluir la revisión de otros trajes tradicionales en futuros proyectos. Estamos emocionadas por las posibilidades que el folklore riojano ofrece y esperamos continuar compartiendo nuestra pasión por La Rioja con el mundo a través de nuestra artesanía y diseño”.
La falda de Faldoneta apuesta por la inclusión en la moda.
También piensan involucrarse con el vestuario masculino. “Es algo que nos están preguntando mucho. En Faldoneta ya estamos pensando cómo reinterpretar el chaleco y el pañuelo. Tenemos algún boceto pero aún nada definitivo. La moda es una forma maravillosa de expresar la identidad y las tradiciones culturales, y creemos que tanto hombres como mujeres deben tener la oportunidad de lucir con orgullo y estilo las prendas de su herencia”.
Faldoneta reivindica el derecho de los hombres a llevar falda como otra forma de actualizar la falda a la sociedad actual. “Estamos comprometidos con la igualdad y la inclusión en la moda. Creemos firmemente que la vestimenta tradicional no debe limitarse por género, sino que debe ser una expresión libre y auténtica de la identidad y el gusto de cada individuo. Al abrazar la idea de que ‘la falda es también para chicos’, estamos contribuyendo a una sociedad más diversa, inclusiva y respetuosa, y estamos emocionadas por ser parte de esta evolución en la moda y en la percepción de género”.