Folkedragt es una organización dependiente de voluntarios de Dinamarca y trabaja para mantener viva la indumentaria tradicional del país. Dos de sus expertas, Tove y Sonja tienen muy claro que la divulgación y la educación son necesarias. “La principal razón de la creación de Folkedragt es que las personas no pueden reproducir los trajes folclóricos tradicionales porque necesitan aprender técnicas antiguas para poder hacerlos. Aquí damos a conocer el patrimonio y la historia de este periodo y la enseñanza de los tejidos originales, patrones clásicos y ajuste a medidas personales”. El periodo histórico al que hacen referencia las expertas es el comprendido entre 1750 y 1870, centrándose principalmente en la ropa que usaban los campesinos durante sus nupcias y otros eventos festivos.
En Folkedragt se imparten talleres de técnicas como el patronaje (Izquierda) y bordado (Derecha).
En su agenda hay múltiples actividades, talleres y cursos. El último que acaban de realizar es ‘Reconstrucción y artesanía de trajes populares clásicos’, un encuentro dirigido no sólo a aficionados a la danza folclórica danesa sino también “a profesionales de museos (inspectores y conservadores) o personas de las Islas Farrow y Noruega, por ejemplo”. Además, para participar no era necesaria tener ni experiencia ni muchos conocimientos previos. “El curso estaba abierto tanto a profesionales como a aficionados que querían producirse sus propios trajes”. Y, como los trajes tradicionales daneses varían de una región a otra, en este curso también se han tratado los estilos que fueron tendencia en los diferentes periodos históricos como el Rococó (1750-1770 ) o el Louis Seise (1770-1790), por ejemplo. A la hora de reproducir trajes tradicionales, en numerosas ocasiones los participantes de sus cursos y talleres tienen el problema de no encontrar materias primas similares a las que se fabricaban antaño y, por ese motivo, Folkedragt cuenta con su propia tienda donde profesores y estudiantes encuentran y compran telas y otros materiales que responden positivamente a sus necesidades.
El patronaje de la indumentaria tradicional requiere conocer bien las técnicas de patronaje y costura.
En la indumentaria tradicional danesa, hay piezas complicadas de ejecutar cuyas técnicas requieren una mayor destreza “como por ejemplo el Glitning, un método cuyo objetivo es hacer que la tela parezca seda o el bordado en hilo dorado para los tocados femeninos”, puntualizan Tove y Sonja que no dudan en seguir, en todo momento, los patrones originales para que las reproducciones -tanto en materiales, patronaje o silueta- sean lo más similar posible a los antiguos incluidos, los famosos bordados daneses llamados Hedebo. El Hedebo es un tipo de bordado en blanco que se originó en la región danesa de Zealand en 1760. Durante las décadas siguientes, esta técnica fue evolucionando en la comunidad agrícola para posteriormente, ser adoptadas por la clase media. Este bordado se utilizaba mucho en las prendas de vestir (cuellos y puños) así como para decorar la ropa de cama. Incluso, el aprendizaje de estas técnicas, casi en peligro de extinción, sirven de inspiración para nuevas creaciones. “Somos conscientes de que algunos de nuestros alumnos utilizan los procedimientos de antaño como inspiración para nuevos diseños”.
A izquierda y derecha, los alumnos se preparan para la clase de bordado.
Como ocurre en muchos países europeos, algunos oficios artesanales están en vías de desaparición y en Folkedragt, se están esforzando para que esto no ocurra. “Necesitamos un relevo generacional -aseguran las expertas-. Ahora mismo estamos tratando de salvar el conocimiento de nuestros profesores más experimentados”. Y no sólo eso. Folkedragt cuenta con muchas piezas antiguas para que sirvan de guía y de consulta para profesionales y alumnos. “Es muy importante para nosotros conservar adecuadamente nuestra colección de ochocientas piezas originales” y para ello, cuentan con un fondo digitalizado disponible para todos aquellos que lo necesiten.
Desde luego, esta base de datos es una herramienta muy válida para todos aquellos integrantes de grupos folclóricos que quieren confeccionar su vestuario y muy provechosa para historiadores o escritores pero también, muy útil para estudiantes de diseño que quieren inspirarse en prendas auténticas. Desafortunadamente, a los jóvenes no les atrae mucho la vestimenta tradicional. “La artesanía es demasiado lenta, los materiales son difíciles de conseguir y, a menudo, bastante caros… -Tove y Sonja enumeran los inconvenientes-. Aunque algunas artesanías se están volviendo más in, por lo que tenemos alguna esperanza para el futuro”.