Los caseríos son las casas tradicionales que salpican las zonas rurales de Euskadi, al norte de España. Los hay más cercanos a los pueblos que, en ese caso, en euskera se las denomina “echaldes” y, las que están más lejos, se llaman “baserri”. Pues bien, los habitantes de esos caseríos más aislados iban ataviados, desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX, con un traje (esencialmente destinado a las labores del campo) característico y extendido por todas las provincias de Euskadi (Gipuzkoa, Araba, Bizkaia o Nafarroa).
Símbolo uskaldún
Los trajes de antaño en las mujeres se componía principalmente de medias, pollos, azpikogona (o enagua), falda, zambra o blusa, pañoleta y buru-zapis o pañuelo en la cabeza. Este accesorio era una pieza importante ya que indicaba el estado civil de la portadora. De solteras, podían llevar el pelo recogido o pañuelos estampados mientras que las casadas, lo llevaban en blanco y las viudas, en negro.
Trajes de baserritarra con diferentes faldas y delantales.
Hoy, los trajes de baserritarra siguen siendo tan hermosos como hace más de un siglo pero, a diferencia de ellos, ya no se confeccionan en paños recios y oscuros sino que son alegres, frescos y diferentes unos de otros. Desde hace 25 años, Ana Alberdi y Mari Karmen López se dedican a la confección de trajes de baserritarra en su tienda-taller Trikote, situada en la localidad de Zarautz.
El traje de baserritarra es su especialidad. “Las partes del traje que más nos gusta hacer son las faldas, los delantales, los chalecos y los pañuelos”, comentan desde Trikote. En sus confecciones utilizan telas de algodón orgánico y lino y aseguran que la pieza más complicada de hacer “es la blusa”.
Para gustos, colores
En el traje de baserritarra es esencial mantener su esencia. “A la hora de seleccionar los tejidos siempre se respetan los colores, sin salirse de lo tradicional -comentan desde Trikote-. Los estampados de las faldas no tienen que ser motivos muy grandes. Lo que mas se utiliza son estampados de flores, rayas y cuadros”. A partir de ahí las combinaciones son espectaculares y en Trikote, mezclan estampados y tonalidades con mucho gusto y además, como señalan, “ahora la gente se anima a mezclar mas colores”.
Dos trajes de baserritarra en los que destaca el corpiño.
Al ser un traje liviano, sencillo y que permite muchas combinaciones, la gente ha descubierto su gran potencial y, en cada fiesta, el traje parecerá diferente con sólo cambiar una prenda. “Se puede jugar mucho con faldas y delantales -puntualizan-. Una misma falda puede permitir varios colores en delantales y viceversa”. Además, realizan chalecos masculinos y trajes para niños y niñas. “Los trajes tradicionales infantiles empiezan por la talla 0 y siguen la misma linea que los trajes para adultos”.
Trikote Euskal Jantziak. Calle Zigordia 12. Zarautz 20800. Guipuzcoa