El bordado al aire es una técnica mediante la cual se elabora las pasamanerías que adornan los trajes de gala -principalmente dengues y mandiles- en Galicia (España). Es un proceso muy laborioso y quizás sea por eso, porque requiere mucho tiempo para su realización, que corre el riesgo de desaparecer. Para evitar esto, existen algunas artesanas dedicadas a enseñar esta labor y al mismo tiempo, apostar por otros usos de este espectacular bordado.
Ejemplo de ello es Zeltia ao aire, una firma creada por Zeltia Rodríguez Sedes que ha utilizado el bordado al aire para crear joyería y accesorios: broches, collares, pendientes, pulseras, tocados… Un uso diferente que puede significar su supervivencia.
La técnica del bordado al aire se realiza sobre un patrón dibujado.
Zeltia llegó a este tipo de pasamanería por casualidad. “Estuve unos años viviendo fuera y al volver, me apunté a clases de pandereta para conocer gente y porque me apetecía aprender, y en la primera romería a la que fui con la asociación me vistieron y me quedé enamorada. Aun así tardé varios año, como unos cinco, en encontrar a alguien que me enseñase. Hasta que conocí a Telly Misser, que es quien me enseñó todos los entresijos de la técnica”.
Primero, la tradición
El objetivo de Zeltia ao aire ha sido llevar una artesanía tradicional a piezas que se pueden llevar en el día a día. Una forma de adaptarlas a los gustos y necesidades actuales. “A veces, para que algo perdure hay que sacarlo de contexto y darle una nueva utilidad, pero considero básico que, a la hora de aprender, se empiece con la idea original, es decir con patrones que puedas encontrar en los trajes tradicionales. Yo aprendí así: primero tradición y después, con el tiempo, fue cuando me surgió la idea de la joyería. Creo que si no hubiese aprendido de donde viene, se perdería la esencia real del bordado y eso se nota”.
A la izquierda, la revisión del Sapo gallego en bordado al aire. A la derecha, detalle del proceso de bordado.
Para hacer sus piezas, Zeltia se inspira en los patrones tradicionales aunque también aporta sus propias ideas. “Juego con ellos mezclando partes o quedándome con detalles, pero también hago diseños propios. Una vez conoces la manera en qué están hechos, es más fácil crear diseños nuevos. De hecho, tengo unos pendientes inspirados en los sapos”. Para quien no los conozca, los sapos están realizados en filigrana de plata u oro y azabache y es la pieza más representativa de la joyería gallega.
Además del Sapo, Zeltia también ha trabajado con otro de los símbolos de la tradición gallega: el Encaje de Camariñas. “La idea surgió a raíz de que me invitaran a desfilar el año pasado y fue todo un reto ya que el encaje tiene menos consistencia que el bordado y aunque empecé con joyería, después fue evolucionando a piezas sencillas de ropa”.
El negro es protagonista
El bordado al aire de los trajes de gala gallegos es negro. No admite ningún color ya que en el pasado, estaba realizado con bolas de azabache. “Mis piezas son mi particular homenaje a nuestro traje y por eso trabajo principalmente en esos colores”. Aunque en sus encargos personalizados ofrece realizarlos en el color que se quiera.
A la izquierda, gargantilla ‘Arrolos’. A la derecha, tocado ‘Regueifa’. Ambos, de Zeltia ao aire.
Además, Zeltia experimenta en sus trabajos con todo tipo de materias primas. “Me encuentro actualmente en una fase más experimental, centrada en adaptar o unir el bordado a otro tipo de materiales como la plata, el cuero, tejidos de fibras, cerámica… pero no aplicándolo sobre ellos sino integrando mi trabajo al realizado por otros artesanos y artesanas”.
Estas colaboraciones llevan su tiempo porque “hay que entender cómo trabaja la otra persona, para poder prever qué posibles inconvenientes podemos tener e intentar solventarlos. A veces hay que repetir las ideas varias veces hasta dar con la combinación perfecta y claro, además de la colaboración, cada una tenemos nuestros encargos y proyectos propios, por lo que los tiempos siempre se acaban alargando un poco”. Lo mejor es tener paciencia porque de esos proyectos surgen interesantes artículos diferentes a la joyería.
La importancia de enseñar
La artesana comparte sus conocimientos con otras personas interesadas en el bordado al aire. Sus cursos o talleres se imparten teniendo como base la técnica más clásica. “De hecho, en mis clases se empieza siempre con un muestrario con cuatro patrones tradicionales, con ellos aprendemos a coger soltura y a mí me da la oportunidad de explicar de dónde viene la técnica y su uso original”.
A la izquierda, pulsera ‘Maneo’ de Zeltia ao Aire. A la derecha, el espacio para los talleres de Zeltia ao aire.
Zeltia aprendió cuando tenía 35 años de edad. “Empecé a tener curiosidad por aprender cosas nuevas, ya que me ayudan a desconectar y me abren la mente, creativamente hablando”. Y muchas de sus alumnas actuales rondan los cuarenta aunque sería deseable que el listón bajara. “Hay que enseñar la técnica porque es la base para que se mantenga y no desaparezca, pero es cierto que las generaciones más jóvenes, a no ser que sean sensibles artísticamente, no están tan interesadas de hecho, tengo muy pocas alumnas más jóvenes que yo”.