Cada 21 de julio se celebra el Día del Traje Gallego y en Folkmania lo celebramos entrevistando a Julia Vilariño, una de las sombrereras más interesantes de Galicia cuyo trabajo se inspira en los trajes tradicionales de esta Comunidad Autónoma del noroeste de España.
La vida y el trabajo de Julia han estado ligados a la tradición y al folclore desde que era pequeña. “Llevo bailando desde los 7 años. Gracias al folclore viajé mucho, conocí y conviví con muchas culturas… Eso me hizo valorarlo mucho, ver que tenemos muchas similitudes entre diferentes partes del mundo, que compartimos muchos conceptos y el amor por lo nuestro. Me apasiona conocer el folclore del mundo, ver cómo se mezclan en muchos aspectos, la riqueza musical, de ropajes, de bailes…”. Actualmente, Julia sigue viviendo el folclore con igual intensidad. “Lo llevo muy dentro. Yo bailo, mi marido también y mi hija baila y toca la pandereta. Mis amigos son muchos folclóricos también. Lo vivimos como parte de nuestro día a día”.
Los tocados más famosos de Galicia
En Galicia existen dos sombreros tradicionales muy importantes y característicos: el Sancosmeiro y la Monteira. El primero es un sombrero de paja de ala muy ancha que tiene su origen en el trabajo del acampo y el segundo, es un sombrero característico del traje tradicional masculino realizado en fieltro de lana. Para Julia, su importancia radica en lo siguiente: “Son totalmente utilizables a día de hoy, tiene un diseño muy cuidado y atemporal. En Galicia tenemos pocos tipos de sombreros, pero muy cuidados”.
Dos modelos de la colección ‘Coroza’ de Julia Vilariño inspirados en la tradicional prenda hecha de juncos.
Cuando decidió crear su marca, Julia tuvo muy claro que quería hacer sombreros con alma. “Cuando buscaba qué podía aportar yo a mis sombreros, algo que fuera muy yo y que fuera reconocible, me pareció que el folclore está presente en mi vida y qué mejor que poder fusionarlo con mi oficio”.
El folclore se vive en Galicia con intensidad y mucha afición, por eso a Julia le parece muy importante respetarlo “para poder traerlo a la actualidad y mantenerlo”. Los sombreros de Julia se realizan de manera artesanal, en su taller situado en el antiguo despacho de su padre, en la casa familiar en la aldea, rodeado de naturaleza a las afueras de Pontedeume (A Coruña) y además bajo estrictos criterios de sostenibilidad, ya que las materias primas son de origen natural y proceden de proveedores de cercanía.
El traje tradicional traducido a sombrero
Muchos son los modelos de Julia Vilariño que muestran la esencia del traje gallego. Ahí está por ejemplo ‘Darbo’, un sombrero de ala ancha inspirado en el refajo de fieltro rojo con terciopelo negro del traje tradicional femenino. O el ‘Aturuxo’, un turbante de fieltro de lana moldeado a mano con vapor, simulando un pañuelo anudado que está inspirado en los pañuelos del traje gallego. “Tengo un libro precioso del traje gallego que una de las páginas son dibujos de pañuelos anudados de diferentes formas, así que quise probar si se podría hacer con las técnicas que yo tenía de sombrerería y con paciencia y muchas pruebas salió, luego lo fui flecando con dos tonos de hilo de perlé que me levó bastantes horas pero lo disfruté mucho”.
Sombrero inspirado en la ‘Almilla’, una chaqueta de hombre y el modelo ‘Aturuxo’ basado en los pañuelos anudados.
Julia no se inspira en un traje o prenda en concreto. “Son las texturas, los volúmenes, los colores, los bordados lo que me inspira porque la riqueza del traje es inmensa”. ahí está por ejemplo su estudio realizado sobre la Coroza gallega, una capa realizada en juncos que servía a los pastores o agricultores para protegerse de la lluvia. El resultado es una serie de sombreros realizados en fibras vegetales. “Las fibras son apasionantes, cada una tiene sus peculiaridades, yo si trabajo fibras en verano y las disfruto también”. Aunque su material favorito es el fieltro. “Tengo especial debilidad por los fieltros, me encanta todo el proceso desde el principio y, aunque las trabajo menos de lo que me gustaría, las plumas me apasionan”.
Su particular revisión de la Monteira
De fieltro es la Monteira, el sombrero tradicional masculino del que Julia Vilariño acaba de hacer una adaptación. En este trabajo, Julia ha contado con los bordados de Zeltia ao Aire y el resultado ha sido muy llamativo. “La idea ya estaba ahí hacía un tiempo, Zeltia y yo lo habíamos hablado, pero no sabíamos cómo llevarla a cabo. Al salir el concurso Chapeu Contest, que invitaba a reinterpretar, volvimos a reunirnos, a darle una vuelta, y salió esta monteira de la que estamos muy contentas. Zeltia y yo trabajamos muy bien juntas, tenemos una visión muy parecida y respetamos mucho el trabajo y el diseño de la otra, nos damos libertad en nuestra parte y conseguimos encajar a la perfección. Nuestra propuesta está inspiradada en la monteira, pero también en los cloché de los años 20, una pieza muy favorecedora y ponible para un día especial”.
La revisión de la monteira de Julia Vilariño y sombrero con bordados en negro.
De esta forma han conseguido feminizar un modelo hasta ahora típicamente masculino. “Tras hacer esta versión, ya hay más ideas en mente, incluso alguna clienta que ya está esperando la suya, así que seguiré haciendo monteiras, seguro”. Hasta entonces Julia sigue estudiando diversos patrones y realizando las consiguientes pruebas.
Visibilizarse para sobrevivir
Los diseñadores de sombreros son un poco como los diseñadores de joyas, en todas sus piezas ponen un poco de su alma. “La sombrerería de autor existe, hay muchos trabajos que podría decirte de quién son por sus peculiaridades. Me parece que cada uno tenemos nuestro estilo, y eso es lo más enriquecedor”. Lo más importante es que crezca el número de personas que se aficionen a la sombrerería artesanal. “Nosotros hacemos también mucha labor de enseñar y tenemos la misión de que darlo a conocer y que se valore todo el trabajo que hay detrás, en nuestra mano está la supervivencia del oficio”.
Diversos sombreros de Julia Vilariño.
En estos tiempos, en los que la gente está cada vez más predispuesta a vestir su cabeza, ya sea por una ceremonia especial o para protegerse de las inclemencias climatológicas, el papel del sombrerero juega una importante labor. “Cuando viene alguien a mi taller a encargar un sombrero hay gente que tiene muy claro lo que quiere y otra que no sabe. En estos casos tenemos que ver juntos la mejor opción, siempre se dejan aconsejar y a veces de la idea que traían acabamos con otra diferente”. En el fondo, todos tenemos un sombrero que nos favorece. “Y para eso estamos los sombrereros, para ayudar a encontrar el mejor para cada uno, y hacerlo”.