Hace poco escribí un post sobre el bordado Mountmellick, una labor monocroma que surgió en el siglo XIX, que tiene en la naturaleza su fuente de inspiración y que se ha convertido en símbolo de la región irlandesa de la que recibe su nombre. Pues bien, en la ciudad de Mountmellick existe un Museo y una Asociación que trabaja para mantener su legado para las futuras generaciones y entre cuyas actividades destacan los talleres, su tienda y su importante documentación.
“El Mountmellick Embroidery & Heritage Museum es la rama cultural y patrimonial de la Mountmellick Development Association (MDA) que es una organización sin fines de lucro fundada en 1982, que está formada por una junta directiva que trabaja para mejorar el desarrollo económico, social y cultural de la ciudad de Mountmellick y sus alrededores”. Paddy Buggy es gerente de la MDA y cuenta también que, para lograr los objetivos deseados es esencial “contar con voluntarios entusiastas que tengan compromiso, pasión y sentido de pertenencia”.
A izquierda y derecha, varias piezas bordadas expuestas en el Mountmellick Embroidery & Heritage Museum.
Y… ¿Cuáles son esos objetivos? “El objetivo principal del museo es conservar y exhibir piezas originales y contemporáneas del bordado Mountmellick -comenta Paddy-, promoverlo como una artesanía viva y preservar el rico patrimonio cuáquero de la ciudad”. Aunque el bordado fue creado en 1825 por Johanna Carter, una lugareña que no era cuáquera, fueron principalmente las mujeres de esta comunidad religiosa las que adoptaron esta forma única de bordado blanco sobre blanco. “Son las que dirigieron pequeñas escuelas privadas que aseguraron que el oficio se desarrollara hasta convertirse en lo que conocemos hoy -cuenta Paddy-. El bordado representaba la flora y la fauna locales en telas de algodón producidas en fábricas textiles de propiedad cuáquera y los artículos bordados se vendían a los pasajeros de los transatlánticos que navegaban hacia América del Norte o se usaban en las propias casas”.
Denominación de origen
El bordado Mountmellick se ha convertido en símbolo de la ciudad aunque en Irlanda hay más tipos y, como curiosidad, decir que todos los bordados y encajes significativos del país llevan el nombre de las localidades en las que florecieron, ya que fueron traídos del continente y del Reino Unido por la nobleza local o las órdenes religiosas. “Kenmare Lace, Borris Lace, Headford Lace y Carrickmacross Lace son algunos de ellos -enumera Paddy-. Sin embargo, el bordado Mountmellick es único ya que es la única forma de bordado del siglo XIX que puede presumir de ser completamente irlandés en origen y diseño”.
Aunque el bordado Mountmellick es ampliamente conocido en aquellas partes del mundo donde emigraron los irlandeses, últimamente está ganando interés en muchos más países debido al mayor número de personas entusiastas del bordado. “Da la casualidad de que fue el creciente interés por la artesanía y el bordado en la década de 1880 lo que hizo que el bordado de Mountmellick pasara de ser una artesanía local a convertirse en una artesanía reconocida mundialmente y la historia, parece que nuevamente vuelve a repetirse”.
A la izquierda, Vestido de Caroline Mitchell en la London Fashion Week (2018). A la derecha, los vestidos de Caroline Mitchell y Heidi Higgins.
Hasta sectores como el de la moda y el diseño se interesan por este bordado. “Hasta la fecha hemos realizado una colaboración con dos diseñadoras de moda: Heidi Higgins y Caroline Mitchell, quienes trabajaron con Delores Dempsey, una de nuestras tutoras, para crear dos vestidos contemporáneos que se inspiran e incorporan el bordado Mountmellick. El vestido de Caroline Mitchell además, desfiló en la London Fashion Week de 2018. Ambos vestidos se exhiben en el museo -cuenta Paddy-. Disfrutamos de una buena relación de networking con el Design Craft Council of Ireland y el Council of Irish Fashion Designers. El bordado actúa como fuente de inspiración para muchos diseñadores y estudiantes de arte que visitan el museo cada año”.
Manos a la obra
En la tienda del Mountmellick Embroidery Museum se puede comprar hilo, tela y múltiples patrones inspirados en los motivos originales.
Para cubrir las necesidades de la cada vez más numerosa comunidad de aficionados y aficionadas al bordado Mountmellick, la MDA realiza múltiples actividades. “Principalmente, brindamos una excelente experiencia al visitante, conservamos y exhibimos según los estándares de mejores prácticas del museo. Proporcionamos instalaciones para clases y talleres mientras publicamos información e historias en nuestras páginas de redes sociales”.
Incluso, en el Museo hay una tienda donde las usuarias y los usuarios pueden adquirir todo lo necesario para emprender una labor. “Disponemos y utilizamos tejido de algodón satinado blanco, hilo de algodón también blanco y motivos florales originales que están en consonancia con los bordados primigenios”. Y lo más importante, mantienen contacto con los jóvenes. “Es extremadamente importante para la continuación a largo plazo de este oficio presentarlo a los jóvenes y esto se hace ofreciendo recorridos por el museo y brindando clases sobre el oficio -finaliza Paddy-. Nuestro Community College local incluye el oficio como parte del plan de estudios”. Una manera de asegurar el futuro del bordado Mountmellick.